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lunes, 24 de febrero de 2014

Gritos en la noche



¡Preñada está la luna en la noche!
Vulneraron su dulce y joven vergel,
¡Gritos carroñeros escuché anoche!
En su caduco vestido un alfilel
Rasgó sus entrañas, tímido reproche,
Bajo las enaguas rompen el cancel;
¡Centinelas avanzan sin compasión
Entre las hendiduras del rojo blusón!

martes, 18 de febrero de 2014

Extremeña

Hola! Perdonad, estos dias he andado liadillo y no he pasado por aquí para nada, me iré poniendo al día con vuestros blogs ;)


Cancioncillas cantan los niños,
Ráfagas de luz amarillas
Vienen, con llantos de grillos;
Y en la calle bailan chiquillas.

En la montaña se levantan
Cuando el sol escala a la cima,
Con cántaros vacíos se van
A la ría, cantando rimas.

Y el sol prende las velas
Que les da un poco de ver,
A las calientes aceras
Jovencitas les dan de beber.

El viento arranca el aroma
De la señora Romero.
Agüita de rocío llora
Pues ve marchar su marinero;

Coplillas Cacereñas
Canta la joven doncella,
Está sola, Extremeña,
La jara es sólo ella.

Quejíos de la tierra
Se escuchan en Villanueva,
¿Proviene de la sierra
La dulce voz que ruega?



domingo, 9 de febrero de 2014

Quizá



Quizá nunca sería un infinito real, una fina línea a caballo entre lo real y lo irreal. Siempre había pensado que era especial, ¿estaba, tal vez, equivocada? Ya no era una cría, los cuentos de princesas con final feliz le quedaban pequeños, refugiarse en ellos le era tan imposible como guardar un león en una caja de zapatos.

No llevaba ya cómodas zapatillas, no, calzaba incómodos zapatos de tacón simplemente por no quedarse atrás en los años, por tener aspecto, superficialmente, de mujer. Pero en su interior no lo era. Seguía creyendo ser una princesa, a pesar de los chicos que pisotearon ese ideal, era una joven que quería sentirse libre y tenía ataduras en pies y manos. Ataduras sociales, morales. Ataduras invisibles, ataduras que ahogaban.

Decidió sin contárselo a nadie huir una noche cálida de verano, con una mochila llena de ropa, una camiseta blanca de tirantes, shorts rojos y un moño flojo. Viviría ella sola en su casa de blancas paredes y suelos de mármol; de vestidos verdes con grandes enaguas; en su mundo de príncipes azules.

Decían que todo era un sueño pero no alcanzaban a entender que cuando sentían felicidad era pensando en sus profundos sueños. Y le miraban raro por querer vivir feliz en su estimado sueño. No aceptaban dejar huir la imaginación para crear un propio mundo donde vivir sin un ápice de sufrimiento ni mentira.

No aceptaban que viviera a su manera.

lunes, 3 de febrero de 2014

Escucha




Escucha, el alarido de la sangre
Que vino a volcarme en la corriente
Fiera del río, en el cuarto creciente
Del oro convertido en limosna
Del pobre corredor mirando al teniente
Que hoy en su cabeza aloja
Una bala de diseño estridente,
¿Quién los pensamientos embargará?
Y no será más que solo un número
Entre millones de cuerpos inertes
Desprendidos del alma que alberga
El cúmulo de odio presente
En los principios de una vida pendiente.

De este sueño irreconciliable
Quiero despertarme, escuchar
Tu voz suave y serena
En las noches heladas
De invierno, escuchando
Las ramas golpear desesperadamente
Las ventanas
De la habitación,
Los cristales empañados
Por tu rápida respiración.